La Creu de l'Aregall

Salida dominguera hasta la Creu de l'Aregall, donde allí desayunaremos pelados de frío y vuelta a casa por Castellví.

Crónica de la salida:

Si no fuera por el frío pensaría que la gente pasa un huevo del llamamiento, coordenadas incluidas, del Blog. Aunque viendo la información ofrecida por el pulsómetro, uno se da cuenta de que realmente no es así.

Tres incautos o atrevidos o las dos cosas han estado presentes en el pabellón municipal como es costumbre. Como no es costumbre, Johnny esperaba con cara de acojonado. Ha llegado el primero y ha pensado que los demás ya nos habíamos ido…

Pearl Izumi Seve Galery, Hyper resfriado Johnny e híper jodido Sr. Ácido de limón Pere. El gran ausente del día ha sido Dieguito Black. El viernes disponíamos de confirmación de asistencia, con track incluido, para la salida de hoy y, por lo visto, lucía entero estado de salud. Hoy todo lo contratio. Le hemos llamado para certificar su dulce sueño y, al contrario, sorpresa y frase del día. 'Tengo la gripe' y no puedo venir -léase 'que os den'-.

Gran día el de hoy para terminar de curarse el resfriado. Y gran día hoy también para agarrarlo del todo. En función de si se sale hoy en bici o no se sale de casa. Bonita mañana pero un pelo fría, sólo un pelo. ‘Bien abrigados no pasaremos frío’ hemos pensado los presentes justo antes de salir. Pues bien, hemos cambiado de opinión nada más empezar la bajada hacia el río desde el paseo. La cuestión es que habiendo tres infelices en el pabellón, ¿cómo vamos a ir hasta Can Quetu pudiendo hacer lo mismo, pero más cerca? Pues eso, hacia Gelida que nos vamos. Mi intención era buena hasta que el dolor de cabeza en la puñetera bajada al río –la antes mencionada-, por el dichoso frío, nos hiciera cambiar de opinión. En una primera negociación a tres bandas, se ha acordado ir al restaurante de la entrada de Gelida, el que no hace ni pies de cerdo, ni ‘cap i pota’, ni callos, ni guarradas de esas que a nadie les gusta. Sólo hacen bocadillitos vegetales.

Tras un breve paseo por el río, a la primera de cambio que hemos podido se ha empezado a subir. Tobogán y hacia los Champis por los caballos. Imagínense si el frío era frío de verdad, que el dolor en las manos impedía el tacto en los dedos. Nada más salir de la carretera se han parado a esperarme. Mis piernas, mis manos, mi cabeza; mi cuerpo no respondía. Buscábamos el solete como agua en el desierto. La subida muy tranquila, y ésta ha sido la tónica de la mañana. Paso por delante de la masía del abuelo respondón y hemos hecho una parada a medio camino, antes de llegar a la pista. Seve ha hecho contorsionismo para hacer sus necesidades. Por lo visto, don Pearl Izumi Galery, llevaba como ropa interior de seda, un integral de triatlón. Debería pensar que o corriendo o nadando volvería… Mientras Gran Johnny se recuperaba del cambio de voz que estaba sufriendo. Ya se nos ha hecho mayor, ahora ya sí tiene voz de hombre.

Se ha llegado al último tramo de sendero, el de subida técnica acabando con una cadena antes de la urbanización para llegar al restaurante. Los charcos estaban bien escondiditos bajo la gruesa capa de hielo. Disfrute de tramo técnico tirando de riñones hasta la cadena y carretera hasta llegar a la Creu. En este tramo de zig-zag, el pobre de Johnny ha tenido un pequeño percance con su suspensión delantera. Es lo que tienen las Fox, que estas se acojonan con el frío y se encogen… Resulta que han cambiado el funcionamiento ellas… como las Marzocchi, que las bloqueas a la altura que tú quieres. Ligero ajuste del rebote y zas! Ha vuelto a su sitio! ‘Arreglada’ hemos pensado Johnny y yo. Pues va a ser que no. El chisme de 80 de recorrido nos ha dicho que flaneaba más que las cremas catalanas que aún nos esperan en Can Quetu. Total, que además de la pasta que se gastará Hyper Johnny en los medicamentos para paliar el resfriado, deberá contar con otro tanto para ‘vestir’ como Dios manda a su Giant de cartón. Su nueva horquilla apunta a empezar por ‘R’ y acabar por ‘X’.

Por fin coronamos, no sin el monumental careto de nuestro amigo Seve. Monumental por la cara de frío y de tanto esperar los demás participantes. La avería de la horquilla, la dificultad de la subida y las pocas ganas han sido las culpables. Fotos panorámicas para la historia, para el recuerdo, y hacia el restaurante que nos vamos que nos enfriamos…

Conseguimos aparcar las tres burras y bien atadas, gentileza del gran Seve. Nos disponemos a entrar mientras amarra las máquinas Seve, tan fresquitas ellas, Johnny y yo. Entro yo primero para preguntar si disponemos de sitio calentito. Johnny hace aquello de entrar a medias y es increpado por tres ciclistas allí sentados, justo al ladito de la puerta. Comentarios del tipo: ‘o cierras la puerta o te abro la cabeza’… Johnny inmediatamente y sin pensárselo dos veces, cierra la puerta… Conseguimos un sitio en una esquina, al ladito de la estufa, donde allí estaremos algo apretujados, un largo rato con bocadillo de bacon con queso, tortilla de atún –cómo no- y butifarra negra con mongetes. Cerveza por un tubo, olivas requisadas de la mesa de al lado y gasolina blanca y de hiervas para afrontar la bajada. Es lo que tiene: cuando se quiere subir tanto para calentarse uno de buena mañana, luego toca bajar… Justo al revés de lo que siempre queremos hacer.

Se me ocurre hacer la trialera que va desde la carretera de Gelida a la Creu, hasta Castellví, hasta el circuito de trial. Pues bien, así ha sido pero a medias. Hemos llegado a la fábrica abandonada a pie de la carretera de Gelida a Martorell. Este tramo y el desayuno, sin duda lo mejor del día. A pie de carretera nos tomamos un respiro para recuperarnos de semejante bajadita plagada de ramales en senderos. Típica zona de los trialeros de Gelida y Castellví. Seve aprovecha de nuevo, previas posturitas contorsionistas, a coger algo más de frío por dentro…

Tramo de carretera hasta el cruce de la carretera en el tramo de la duatlón, donde dirección al río, nos dispondremos a llegar a casa. A la altura de la masía que está en venta por cuatro duros, la que está a pie de río y ésta tiene una cuadra con caballos –no recuerdo su nombre-. Sentimos el aliento en nuestros cogotes de una grupeta que parece ser van más rápidos que nosotros. Tampoco hace falta poner el mediano para ello, pues vamos pisando huevos. Sorpresa! Son los que querían abrirle la cabeza a Gran Johnny! Hacemos como que vamos de paseo, un saludo de cortesía por si acaso y nos ponemos a rueda. Ésta cada vez más lejos… Estamos fatal.

Llegamos a la altura del nuevo Mercadona donde Seve se dispone a lavar su bici. Johnny y yo creemos que ya está bien por hoy de bici y decidimos mejor hacer unos estiramientos en el ‘Ecuefe’ –EQF-. Los estiramientos serán del brazo derecho, pues para coger la copa de Selecta y luego los morritos fritos, hay que hacer antes estiramientos…

Total, veinti muy pocos kilómetros de bici hoy. Sensaciones raras y muy, muy malas encima de la bici. El cuerpo se agarrota con temperaturas extremas.

La semana que viene más. A ver si con un poco de suerte hacemos más pinya y logramos llegar, por lo menos, hasta Can Quetu.

Fin.

Un limón.